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Marggid pone en riesgo a pacientes con cataratas; IMSS-Bienestar se niega a realizar operaciones
Redacción
Ciudad Victoria, Tamaulipas.– A pesar de contar con tecnología disponible, presupuesto asignado y una creciente lista de pacientes que requieren atención, hospitales públicos de Tamaulipas adheridos al IMSS-Bienestar han realizado apenas 38 cirugías oftalmológicas en los primeros cinco meses de 2025.
El rezago no se debe a la falta de infraestructura ni a carencia de recursos, el problema está en las decisiones administrativas y médicas que han paralizado el servicio.
Según documentos oficiales y testimonios internos, el delegado del IMSS en Tamaulipas, Marggid Rodríguez Avendaño, ha sido señalado como uno de los principales responsables de este estancamiento.
A pesar de que el equipo de facoemulsificación, esencial para la extracción de cataratas, está instalado y funcional desde enero en hospitales como el Carlos Canseco de Tampico, no se ha realizado ni una sola cirugía en esa unidad.
En febrero, el director del Hospital Canseco, Joaquín Juárez Durán, justificó por escrito que “los médicos especialistas no están adiestrados en uso del equipo de facoemulsificación”, y que se solicitarían nuevos oftalmólogos.
Sin embargo, el proveedor responsable, Farmadomi México SA de CV, ha ofrecido reiteradamente la capacitación técnica, sin obtener respuesta favorable.
Según fuentes del hospital, la negativa a recibir capacitación viene por instrucciones directas del delegado Marggid Rodríguez, quien además ha afirmado que cambiará de proveedor, a pesar de que el contrato actual sigue vigente y el equipo ha sido entregado conforme a lo estipulado.
El caso se agrava al revisar los datos presupuestales, pues a pesar de que el Gobierno F3deral asignó más de 3 millones de pesos para cirugías de cataratas, solo se han ejercido 700 mil pesos, es decir, más del 75% del recurso permanece sin usarse, mientras pacientes con pérdida de visión siguen esperando atención.
En el Hospital General de Ciudad Victoria, el jefe de oftalmología, José Luis Aquino Fernández, ha pospuesto reiteradamente el inicio de las cirugías con diversos argumentos técnicos.
Primero solicitó más equipo, luego exigió una silla especial, y finalmente se negó a operar argumentando que no sabían usar los instrumentos. También ha rechazado capacitarse.
Mientras en el hospital público no se realizan cirugías, la clínica privada del Dr. Aquino opera a plena capacidad, lo que ha generado sospechas de conflicto de interés, ya que algunos pacientes son referidos a servicios particulares, donde varios de los mismos oftalmólogos ejercen de manera privada.
El delegado Marggid Rodríguez ha intentado justificar la parálisis alegando problemas técnicos con “torres especiales”, pero estas ya están instaladas desde hace meses y no se han utilizado ni una sola vez.
Según trabajadores del sector, el fondo del problema es más profundo, pues los oftalmólogos no reciben incentivos por operar, por lo que no tienen interés en hacerlo.
Como consecuencia, hay decenas de pacientes sin atención, recursos públicos sin ejercer, proveedores bloqueados y un sistema que protege la inacción médica e institucional, mientras la salud visual de los tamaulipecos se deteriora.
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